domingo, septiembre 02, 2007

"LIPSTICK"

Ya no se que es peor, tener "el diablo guardián" de Xavier velasco y además autografiado, o ir como enloquecido a comprar un "libro" de Jarri putter; lo menciono porque hace unas horas conocí a una chica muy bonita, con una sonrisa encantadora, pero con unas "mañas horribles". No se que pensó al mostrarme la baratija de libro autografiado, yo de ninguna manera moriría por algún autógrafo, y menos de un tipo tan común. En una ocasión, uno de esos tantos enamorados de Ayesha "quiso sorprenderla" y le mandó por paquetería "el diablo guardián", bahhhhhh... lo medio leí pero lo dejé rápido, porque vaya que me causo cierto escozor en los testículos; no supe si Ayesha lo leyó, aunque no creo, solía pedirme algunos "e-books" para cuando no había mucho trabajo en la oficina. Le mandé a su yahoo mail París de Hemingway, algo de Pessoa y Cioran... alguna vez en su casa vi "aventado" el diablo guardián, supongo que "estimaba" al tipo que le regaló eso; yo... aunque quisiera mucho a alguien, hubiese usado la baratija para prender mi viejo boiler de leña.

Mi encuentro no terminó con la mera presunción de un autógrafo, le siguió el jarri putter; la chica de la encantadora sonrisa me lo mostraba como si fuese un tesoro, mierda, hasta "mi pequeña hija adoptiva", la pequeña Aisha hacía carillas de fuchi a las loncheras del mago ese lelo. Por alguna razón a sus pasados cuatro años no le "entraba el jarri", ni los niños que se disfrazaban o iban a ver sus películas. La pequeña Aye prefería que yo le contará cómo su madre y yo nos conocimos... jaaa, pobre niña. Ayesha tenía una gata blanca que muchas veces se iba a dormir en medio de nosotros, también le gustaba meterse en el mueble de los cds, en el closet o se perdía un par de días en la calle, en una de esas tantas veces regresó empapada, y la pequeña Ayesha inocentemente arrancó hojas del libro del diablo guardián e hizo "su fogata" para calentar a la gata, si... arrancó unas 10 y le prendió fuego. No estuvo bien aquello, más por lo del fuego, y no menos por mis rencores que esa niña hizo suyos.

Perdí de nuevo otra gran oportunidad de algo ocasional con "esa sonrisa encantadora llena de brillante lipstick", sin embargo, mis rencores son más importantes que una "buena noche", o hasta haber tenido mi primer buen blowjob de verdad.

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